Tradiciones en las Bodas

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Las tradiciones que giran en torno a las bodas son infinitas y varían mucho dependiendo de la parte del mundo en la que nos encontremos.

Algunas de ellas se realizan por costumbre, otras por superstición y otras tienen su origen en la antigüedad y por tradición se mantienen hoy en día.

Además, van apareciendo nuevas “tradiciones”. Pequeñas acciones que van gustando y se van estableciendo como habituales

Obviamente, seguir las tradiciones es algo voluntario el día de tu boda. Puedes tomar las que más te apetezcan. En Palacio del Postigo conocemos las últimas tendencias para que puedas adaptarte a las que más te gusten.

Hoy queremos contaros el origen de algunas de las más comunes y lo que significan o lo que buscan transmitir:

El vestido blanco

Antiguamente la mujer debía llegar al matrimonio “virgen y pura”, y la forma de demostrarlo era con el color blanco en el vestido. Simboliza pureza.

Hay algunos expertos que dicen que esta tradición la inició la reina Victoria de Inglaterra que se vistió de blanco.

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No llevar perlas

En el antiguo imperio romano, las perlas simbolizaban las lágrimas de los ángeles, por eso se decía que, si la novia las lucía en la boda, tendrá un matrimonio lleno de lágrimas y tristezas.

No verse antes de la boda

Antiguamente, con los matrimonios concertados, no se permitía a los novios verse hasta el día de la boda para evitar que se arrepintieran y no se celebrara el casamiento.  Evidentemente, esta tradición ya no se practica en España, aunque sigue siendo así en otras culturas.

Las Campanas

Tradicionalmente se creía que hacer ruidos escandalosos alejaba los malos espíritus, por eso las bodas debían ser muy ruidosas.  Las campanas ejercían esta función. De la misma manera es muy habitual en Estados Unidos atar una cuerda con latas en el coche en el que saldrán los novios después de la ceremonia, por el mismo motivo.

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Tirar el ramo entre las solteras

En Francia en el siglo XIV, conseguir la liga de la novia daba buena suerte. Para evitar problemas y sobre todo persecuciones de los invitados, decidieron empezar a tirarla ellas mismas a la salida de la iglesia. Con el paso de los años, se cambió la liga por un ramo de flores.

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La tarta nupcial

En la Inglaterra victoriana, los asistentes debían llevar a la boda un pequeño pastel. Dichos pasteles se amontonaban y se creaba una pirámide de dulces. Más tarde eran repartidos entre los invitados para que los novios compartieran con sus amigos y familiares las ganas de brindar y transmitir buena suerte.

Hoy ocurre lo mismo cuando los novios parten la tarta nupcial y la comparten con los asistentes.

Lanzar arroz a los novios

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Entrar tras el matrimonio en el hogar en brazos del novio

Para los romanos, el hogar simbolizaba la protección. Los hombres tomaban a las mujeres en brazos para evitar que tropezaran y quedara “truncada” esta protección.

Evitar el color amarillo

En la Edad Media se consideraba que el amarillo representaba la mala suerte y los celos. Por eso, la novia tendría que evitarlo el día de su boda.

No casarte en martes

Nos remontamos a la mitología romana. El dios Marte era el dios de la guerra, por ello, no era recomendable un matrimonio este día, ya que traería con él desgracias y catástrofes. Ya se sabe el refrán, “los martes, ni te cases, ni te embarques”.

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Llevar algo viejo, algo nuevo, algo azul y algo prestado

Es una de las tradiciones más clásicas y para localizar su origen nos tenemos que remontar hasta la Edad Media. Simplemente era una cuestión de superstición y creencia popular y cada uno de los elementos simbolizaba algo de la pareja y, sobre todo, de la novia:

  • Algo viejo simboliza la unión de la novia con su pasado y la continuidad con su matrimonio.

  • Algo prestado: lo habitual es que quien lo preste sea una amiga de la novia que sea feliz, y simboliza amistad.

  • Algo nuevo, produciendo esperanza por un futuro óptimo

  • Algo azul, representando la fidelidad de los contrayentes. En muchas ocasiones era la liga el elemento azul.

Como ya os hemos dicho, las tradiciones no son obligatorias y, por lo tanto, puedes acogerte a las que quieras o crear las tuyas propias: con tu familia, con tu grupo de amigos… Tienes que estar cómodo con los diferentes elementos de tu boda y éste es uno más a tener en cuenta.  ¡Consúltanos, ponte en nuestras manos y tu boda será de 10!

Alberto Soto